Leí alguna vez, algo tan hermoso que quisiera en esta artículo compartirlo con todos. Era una historia que decía que cuando nacemos nuestro ángel guardián nos da un golpecito en el labio, creando un pequeño surco entre nuestra nariz y nuestra boca. Con ese golpecito nos olvidamos prácticamente de todo lo que sabíamos antes de nacer.
Hay muchos procesos que traen a tu mente recuerdos de vidas anteriores; muchas veces sin que tengamos claridad, sentimos que debemos recordar algo de ese pasado que por compasión hemos olvidado.
Antes de que vayas a este tipo de terapias, quiero que recuerdes esto: Nuestro ángel guardián acompaña nuestra alma a este mundo y solo nos deja cuando morimos, incluso muchas personas tienen el mismo ángel durante varias de sus vidas, su vínculo de amor es tan fuerte, que su ángel pide a Dios seguir acompañándolo.
Ese Ser de Luz, viaja con nosotros a todas partes, ¿entonces por qué no preguntarle a él?
No es necesario buscar afuera, respuestas o experiencia que puedes obtener simplemente con preguntarle a nuestro ángel de la guarda. Él es nuestro amigo, maestro, compañero, consejero o puede volverse también nuestra piedrita en el zapato. Ellos saben que es bueno para nosotros, saben que debemos vivir y que no. Los ángeles guardianes nos ayudarán a colocar las piezas de nuestro rompecabezas en su lugar. Cuanto más nos abrimos a la influencia de nuestro ángel, más alto vamos a llegar.
Catalina Restrepo Aristizábal
